Deux jours, une nuit
Año:
2014
Fecha de estreno:
24 de octubre de 2014
Duración:
95 min
País:
Bélgica
Director:
Jean Pierre Dardenne, Luc Dardenne
Reparto:
Marion Cotillard, Fabrizio Rongione, Catherine Salée, Olivier Gourmet, Christelle Cornil
Distribuidora:
WandaVision
Este 2014 supuso la primera vez que los
hermanos Dardenne se fueron de vacío del festival de Cannes, tras
seis presencias. La prensa y el público aclamaron con unanimidad el
último trabajo de los belgas y la interpretación de la actriz
principal, Marion Cotillard. No importa, Dos días, una noche
no se va a medir por los premios obtenidos si no por su calidad
intrínseca. Se trata de un trabajo en la línea habitual de los
Dardenne tanto estilística como temática. En esta ocasión, nos
cuenta la cotidianidad de una madre de familia, recién salida de una
depresión, a punto de perder su trabajo porque el jefe ha decidido
que, o la despiden o el resto de trabajadores no podrá cobrar una
prima de 1000 euros. La mujer tendrá todo el fin de semana para
visitar a sus compañeros y convencerlos de que el lunes voten por
ella, por su estancia en la fábrica en detrimento del dinero extra.
Inspirados
en un hecho real ocurrido en una fábrica en Francia que leyeron en
el periódico, esta vez los hermanos belgas han optado por escoger
como protagonista a una mujer de clase media trabajadora, con una
familia unida, en vez de un personaje en alto riesgo de exclusión
social. A Sandra, la protagonista, la presentan como una mujer
depresiva pero que, gracias al amor de su marido, saca las fuerzas
necesarias para luchar por mantener su trabajo. Los Dardenne
confieren un aura de odisea a la historia de Sandra, quien en los dos
días y una noche que dan nombre a la película, tendrá que
convencer a sus compañeros de que renuncien a la prima. Como se
puede inferir de la sinopsis, el filme tiene una estructura monótona.
La acción exige repetir la misma acción varias veces -cada vez que
Sandra visita a un compañero-, repetir las mismas frases a cada
personaje. No obstante, los Dardenne se las ingenian para que con su
estilo cuasi documental, no resulte plomizo. Es la magia de la
cercanía impresa en sus trabajos.
Con
sus tomas largas, sus planos cercanos y el perfeccionismo que les
caracteriza -afirmaba Cotillard que repetían la misma escena
cincuenta veces si era necesario hasta obtener el resultado deseado-,
los hermanos han logrado capturar la esencia de un drama social tan
extendido en la actualidad debido al marco de la crisis económica.
Durante todo el metraje seguimos las andadas de Sandra con la tensión
in crescendo sobre
cuál será el resultado y sin juzgar a ningún personaje, sólo
presentándolos tal cual son. De hecho, la propia Sandra comprende
las respuestas de sus compañeros sean del color que sean. Aunque
pueda parecer lo contrario a priori, no intenta presionarlos para que
voten a su favor. La intención de los Dardenne es simplemente
obligarnos a reflexionar mediante la sinceridad de los personajes.
Y esta
sinceridad, en parte, se logra gracias a la transformación física y
mental de Marion Cotillard. Es la primera vez en su carrera que los
hermanos Dardenne cuentan con una actriz de calibre internacional y
la jugada les ha salido redonda. La francesa se ha mimetizado en un
personaje marginal, desgraciado para el cual se ha dejado la piel
cambiando su apariencia física en alguien devastado por una
enfermedad, afeado por las circunstancias, afectado por su entorno.
Cotillard incluso ha trabajado el acento belga en pos de ese realismo
tan patente en la obra de los hermanos belgas. Y así, el resultado
final es el de un sólido, honesto y creíble drama que denuncia una
situación comprometida y, por desgracia, muy en boga hoy en día.
7/10
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