martes, 3 de julio de 2012

Moonrise Kingdom: Historia del primer amor.


Muy buena


Wes Anderson es sin duda la revelación de este año y no porque anteriormente no hubiera realizado buenas películas, sino porque por primera vez su universo se vio premiado con la presencia en la pasada edición de Cannes,  aunque los aplausos no fueron muy fuertes, si es cierto que muchos vieron en ella la mejor obra de este inclasificable director. Como siempre, Anderson se  rodea de un reparto coral con excelentes actores de la talla de Bruce Willis, Edward norton, Bill Murray, Tilda Swinton, Frances Mc Dormand, Harvey Keitel o Jason Schawartzam, quien debutó en el cine con el propio Anderson. He aquí una muestra más del inclasificable mundo de Anderson, donde una vez más se niega a renunciar a sus principios cinematográficos y despliega todo su potencial técnico y narrativo con el que se ha hecho un hueco indiscutible en el cine contemporáneo y la comedia. Probablemente, no guste a la mayoría, aunque desde mi punto de vista la veo más accesible que  Los Tenenbaums o Mr Fox. El uso de un formato más narrativo crea una sensación de mayor seguridad a la hora de enfrentarse al mundo de Anderson. La historia que cuenta es más universal y sencilla, no exenta de múltiples simbolismos y reflexiones.



Sam mostrando sus dotes de explorador a Suzy
La película comienza de manera explicativa mostrándonos el habitad natural de los dos jóvenes protagonistas. En primer lugar, vemos la familia de Suzy, cuyos padres son Walt y Laura Bishop, interpretados por Mc Dormand y Murray respectivamente. Tienes otros niños más pequeños que completan la familia. Como en todas las familias del mundo de Anderson, los problemas y la excentricidad está a la orden del día. Por otro lado, se nos presenta el mundo de Sam. Sam es un Scout caqui, huerfano, que vive con una familia de acogida y que se encuentra en un campamento de verano a las ordenes de el el jefe de Scout Ward, interpretado por Edward Norton. Sam no parece estar demasiado contento con su vida, así que decide dejar el campamento para fugarse. Sam y Suzy comienzan aquí una aventura que marcará sus vidas para siempre y con ella arrastraran a familiares, amigos, policía y servicios sociales a un viaje inolvidable que nos habla sobre el primer amor, sobre la dificultad de ser comprendido por personas que, aun siendo de tu sangre, no parecen entenderte. Viejas amistades se romperán, amores secretos afloraran y problemas que parecían olvidados resurgirán con fuerza. En cierto modo, la imprudente aventura de Sam y Suzy será el paso necesario que muchos necesitaban para atreverse a enfrentarse a sus miedos.

Cualquier herramienta puede ser buena para encontrar a los desaparecidos 
Al margen de la historia, que tiene mucha miga, es importante destacar el uso de la música en la película, con temas escuchados a través del vinilo, muy presente en la iconografía Andersiana. La música te introduce en la época y en  muchos casos  incluso puede ser narrativa. Otro de los puntos fuertes de Anderson es su cuidada forma de plasmas sus ideas en imágenes. Es un director con un domino del lenguaje cinematográfico abrumador. Los planos - secuencia, los travelling y los encuadres perfectos, de manera que el personaje siempre queda en el lugar perfecto, son detalles que lo hacen ser bueno. Incluso sino te gusta su cine y no comulgas con su forma de contar historias, es innegable la precisión a la hora de filmar. Innumerables detalles hacen grande la película de Anderson, pero ya está bien de hablar. Coge un vinilo portatil, unos prismáticos bien limpios y entra en el mundo de Moonrise Kingdom.

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