viernes, 10 de noviembre de 2017

Spoor (El Rastro). La cáscara de la Escuela Polaca.


Título original:
Pokot
Año:
2017
Fecha de estreno:
10 de Noviembre de 2017 
Duración:
128 min
País:
Polonia
Director:
Agnieszka Holland
Reparto:
Agnieszka Mandat-Grabka, Jakub Gierszal, Katarzyna Herman, Andrzej Grabowski

Distribuidora:
Festival Films




La que fuera la más importante hija de la Escuela de Cine Polaca vuelve a dirigir un largo tras seis años en que sólo había hecho televisión, y vuelve para demostrar lo que a nadie le cuesta imaginar: que los 69 años, los días gloriosos de su cine parecen haberse acabado. Continúa ahí su compromiso político, esta vez volcado hacia el feminismo y, sobre todo, hacia la lucha contra el especismo; pero poco queda del talento para convertirlo en cine que se le reconociera en películas como Europa, Europa. La obviedad del mensaje y el exceso de excentricidad de este thriller que hoy nos ocupa, hacen de la propuesta un engendro en el que es imposible reconocer ni un poco de la fuerza renovadora de esa nueva ola a la que Holland representó tan bien: sólo la cáscara de aquél contestatario arte que la distinguió. 


En el marco de una obra absolutamente fallida, se debe reconocer que Holland no ha perdido talento para la puesta. Basta ver como coloca a sus actores en escena para entender que Spoor no es una película dirigida por un cualquiera, y difícilmente el personaje de Agnieszka Mandat-Grabka y su potente interpretación, podrían existir si la directora no aportase su experiencia de incansable luchadora a la hora de crearlo y dirigirlo. Si parte de Spoor es la traslación del propio estado de cansancio para con el mundo de Holland no lo sabemos, pero es interesante imaginarlo. Por allí pasa lo más autoral de una propuesta que, desgraciadamente, opta rápidamente por toda clase de pirotecnia formal y narrativa para llegar al gran público.



La trama de Spoor y su resolución no tienen ningún sentido, pero peor es la poca contundencia que tienen para llevar al espectador la reflexión que se supone quiere transmitir. Es apenas una excusa para mostrar el horrible trato del hombre al mundo animal de la manera más gruesa posible, dibujando muy vagamente otros reclamos como el feminista en el camino,  y cuya resolución está lejos de aportar una solución trascendente a todos los dilemas planteados. No hay un trabajo de suspense e intriga que sustenten el thriller, ni que logren colar una buscada atmósfera de rebelión de la naturaleza. Peor es el costado dramático de la historia, donde cada personaje tiene su momento a través de un flashback horroroso. La fotografía de Jolanta Dylewska, que repite con Holland tras In Darkness, explota al máximo la belleza de los espacios naturales pero con demasiada desconexión de lo narrado, siendo apenas un bonito barniz destinado a dar brillo aquello que no puede brillar por sí mismo.



Más interesante porque nos recuerda que la Escuela Polaca tuvo una gran directora que vale la pena revisitar que por lo que la película da de sí misma, Spoor es un thriller demasiado inocente y difícil de recomendar: ni siquiera termina siendo útil como ejercicio básico de reflexión sobre nuestra relación con la naturaleza, pues el tramo final evidencia tal confusión de ideas que hasta su valor para la militancia puede ponerse en duda.

4/10

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