miércoles, 13 de enero de 2016

Los odiosos ocho. A fuego lento sabe mejor.


Título original:
The hateful eight
Año:
2015
Fecha de estreno:
15 de Enero de 2016
Duración:
167 min
País:
Estados Unidos
Director:
Quentin Tarantino
Reparto:
Samuel L. Jackson, Kurt Russell, Jennifer Jason Leigh,  Demian Bichir, Walton Goggins, Tim Roth, Bruce Dern, Michael Madsen, Channing Tatum, Dana Gourrier
Distribuidora:
eOne


Desde que se filtrara el guión de The hateful eight, el proyecto ha tenido un seguimiento especial y extraordinario por parte de sus fans y cinéfilos. Con su negativa a realizarla por dicha filtración y su posterior retractación tras la lectura del guión en el Ace Hotel Theatre de Los Ángeles frente a 1600 personas, hasta con la decisión de filmarla en Ultra Panavisión 70, Tarantino ha tenido en vilo expectantes de su 8ª película, como la anuncian. Para estos cálculos, o bien Tarantino cuenta la saga Kill Bill como una sola o Death Proof la considera una película de colaboración como Four Rooms y no la incluye en el recuento. En cualquier caso, los homenajes ya empiezan desde el título, declarado homenaje a Fellini y su 8 ½ (que también era la octava película del director, en este caso el “y medio” se correspondía con Amor en la ciudad, película en colaboración con otros directores).


Para hablar de Los odiosos ocho sin hablar más de la cuenta de ella, podríamos citar a Agatha Christie o Cayo Largo (1948) pero la gran referencia reconocida por el propio director es La cosa, de Carpenter. Tenemos una tempestad de fondo y unos personajes aislados, reunidos bajo cuatro paredes, donde sucede toda la tensión y conflicto prácticamente. Hasta entonces, Tarantino se dedica (volviendo a la partición por capítulos tan suya) a presentar larga y extendidamente los personajes principales. De hecho, Quentin es un gran director, pero aún más fabuloso es como guionista y aquí es donde vuelve a demostrar la importancia de unos buenos personajes en una trama. Sabemos que es un amante nato del cine, pero la especial dedicación que presta a sus personajes y detalles en sus películas es probablemente uno de los elementos que mejor le diferencian como cineasta. Puedes ser un buen director, pero un buen director con pasión por tu trabajo te hace destacar el doble. Tenemos a dos cazarrecompensas independientes, la forajida de dicha recompensa, el sheriff, el verdugo, el encargado mexicano del local, el ser misterioso y el general. Y todos acaban teniendo su peso en la trama.

Que tengamos una gran presentación de personajes hace que la narración sea dilatada y parsimoniosa, pero no aburrida. Siempre hay carne en el asador, mediante los ágiles diálogos que van desgranando la historia, fraguada a fuego lento, buscando su punto óptimo de cocción para arrojarnos toda su furia a la cara en el clímax. La tensión hay momentos que se podrían cortar con cuchillo, y todo con personajes bien construidos, diálogos y enfrentándolos en un lugar cerrado.
¿Y si la mayoría del metraje se desarrolla en una cabaña, entre cuatro paredes, para qué entonces los 70mm? Se podrían preguntar muchos. Para los no curtidos en los diferentes tipos de metraje, diremos que el 70mm (frente a los 35mm habituales) supone el máximo de amplitud de imagen disponible a grabar por una cámara. Indudablemente, se pensó para exteriores y películas de corte épico, como Ben-Hur y sus carreras de cuádrigas, pero también puede ofrecer otras ventajas. Tarantino ha optado por este sistema en desuso, aparte de los pocos exteriores en la nieve, para poder encuadrar en multitud de ocasiones a la gran mayoría de los personajes. Tenemos ocho personajes encerrados, ubicados por diferentes zonas de una habitación y queremos tenerlos controlados en todo momento. Además, con esta amplitud de visión, se pueden ver todas las paredes del recinto, lo que acrecienta la sensación de claustrofobia y las sensaciones se magnifican. La pena es que pocas personas podrán ver realmente dicho formato, porque son pocos los cines con esta tecnología en su haber. En España, por ejemplo, únicamente el Phenomena Experience de Barcelona podrá proyectarla en 70mm, y en los Estados Unidos fueron los propios Weinstein, productores de la cinta, los que habilitaron un grupo reducido de cines para su expresa proyección a la voluntad del director. Los no agraciados, aparte de la obertura e intermedio (propios de producciones clásicas) nos perderemos unos 6 minutos que no incluyen las otras versiones.


Más allá de formatos, lo que es evidente es que nos encontramos ante un Tarantino más maduro y depurado, y en cierta manera más contenido que en sus últimos trabajos. Ennio Morricone vuelve a crear la banda sonora (volviendo al género que le hizo grande) para, compositor y director, poner de relieve (con su estilo inconfundible) el tan de actualidad tema del racismo en los Estados Unidos, con un porte más teatral del que nos tiene acostumbrados. Quizás los fans del director más dados a la acción sin desenfreno queden algo desilusionados, pero los que disfruten de la puesta en escena, sus afilados diálogos, el tratamiento de sus personajes y la delicadeza con que presenta la situación y nutre la narración, verán en Los odiosos ocho una nueva genialidad del director. Si definitivamente se plantará en diez películas como dijo o seguirá rodando es una incógnita, pero si las dos películas que, como mínimo, aún nos quedan por degustar suyas están a la altura de su último trabajo, hablaremos de una filmografía más que notable.

8/10

1 comentario:

  1. Tengo "Los odiosos ocho" en la recámara desde hace unas semanas. Estoy convencido que la veré, pero no se si al final será en gran formato o en DVD. Me encanta Tarantino, pero en esta ocasión, ¿está a su nivel?

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