jueves, 1 de agosto de 2013

Guerra Mundial Z. Ni hordas de zombies hacen despeinarse a Brad Pitt




Por fin llega uno de los más esperados blockbusters de este verano. A la espera de películas como Pacific Rim, Elysium o El Llanero Solitario, Guerra Mundial Z se estrena como apuesta casi segura en el panorama español, sin que haya muchas películas que le puedan hacer frente.

Pese a que en Estados Unidos entró en segunda posición en el top el fin de semana de su estreno (por debajo de Monstruos University), y su recaudación se vio mermada por El hombre de acero y la película de Pixar, lo cierto es que no se puede hablar ni mucho menos de fracaso, pues lleva ya en todo el mundo la cifra de 470 millones, sin estrenarse aún en los grandes países del continente asiático. Lo mismo debieron pensar la Paramount y Brad Pitt, pues parece que ya están en proceso de preparación de la secuela.

Inspirada muy libremente en la novela de título homónimo de Max Brooks (admiradores del libro y satanizadores de adaptaciones no fieles, salgan corriendo ya), la película de Marc Foster narra la odisea de la especie humana cuando se desata un virus desconocido, similar a la rabia, que se propaga muy rápidamente y hace que las personas se ataquen entre sí y se desate el caos. Estos zombies (apodados Zetas), están causando el caos en el mundo, por lo que el secretario de las Naciones Unidas decide llamar a Gerry Lane (Brad Pitt), un ex investigador y compañero suyo, para que identifique la posible cura a esta terrible enfermedad que amenaza con destruir el mundo tal y como se conoce.




La película empieza como el modo survival puesto, metiéndonos en la piel de la familia Lane descubriendo, primero, e intentando salvarse, después, de ese Filadelfia apocalíptico a causa de los zombies. Brad Pitt es el perfecto padrazo para esta película, todos sabemos de esta faceta suya fuera de las cámaras, así que quien mejor que él para representarla dentro de ella mientras se ve las caras con la plaga zombie. El actor americano de casi ya medio siglo, ha sabido compaginar su carrera cinematográfica de forma sabia, mezclando éxitos de taquilla como Troya, la saga Ocean's o Sr. y Sra. Smith con otras de corte más independiente como El árbol de la vida o El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford. Aún se le resiste el Oscar a pesar de haber sido nominado tres veces, pero supongo que es cuestión de tiempo para un actor de su talla que tiene el beneplácito de crítica y público casi siempre y que envejece divinamente. En él recae básicamente el peso de la película, que, una vez finaliza el primer acto survival, empieza el de la investigación del virus, su origen, para luego finalizar el tercer acto en la búsqueda de su cura. Es esta tercera parte la que fue reescrita, causando su retraso en el estreno y el aumento final del coste de la producción, lo que levantó revuelo en su día y desató las dudas de más de uno. De hecho, el final que finalmente se ve es distinto al que había planeado en un principio (quizás para los extras del dvd/blu-ray).

Si bien es cierto que el primer acto deja mejores sensaciones que los otros dos, realmente el ritmo trepidante y la tensión es una constante en toda la película, dejando pocos momentos de respiro al espectador, que gratamente ve como las dos horas de película pasan bastante rápidas. La ágil dirección de Foster tiene gran culpa de esto, y si bien hay ciertas escenas de acción a la moderna con cámaras rápidas que cuesta asimilar, no es de lo que más se abusa y parece que Foster ha mejorado desde Quantum of Solace. Si bien se tira más a la acción que al suspense o el terror, sí hay en ciertas escenas el miramiento de trabajarse el clima de inquietud que pide una obra con zombies de por medio. Tampoco es este el aspecto en el que más destaca la cinta, cosa lógica, por otra parte, si atendemos a que estos zombies se les atribuye mayor agilidad y rapidez, como ya hiciera Danny Boyle en 28 días después. Pero hay detalles que pueden parecer insignificantes pero que demuestran que la historia, pese a lo tópica que pueda parecer en su fachada, tiene más implicación que la mayoría de los blockbusters hechos con el piloto automático. Se preocupan de explicar que el virus no parece tener la misma rapidez según en qué partes del mundo y, cosa que, incomprensiblemente hasta ahora nadie había pensado, se preocupan de protegerse los brazos (la zona que suele recibir más mordiscos) aunque sea envolviéndose revistas con precinto. Detalles que pueden parecer secundarios, como digo, pero que van sumando a la hora del cómputo general a favor o en contra.

Si bien la historia, aunque no le he visto agujeros negros de esos que claman al cielo ni diálogos absurdos de echarse las manos a la cabeza, si tiene de esas “sospechosas coincidencias” que suceden justo cuando lo requiere la acción, pese a que todo iba bien hasta que el protagonista se implica. Detalles que quizás se podrían trabajar más, pero que no son demasiado grandes ni notorios para eclipsar las virtudes de una película de género bien hecha.



Dentro de los secundarios de la película no hay tantas estrellas como en otras producciones, aunque en un principio iban a estar Ed Harris y Bryan Cranston, al final se colaron David Morse y Matthew Fox en pequeños papeles. Pero la que me ha hecho especial ilusión ver es al alemán Moritz Bleibtreu, habitual en la filmografía de Fatih Akin. Si bien aquí no tiene un papel en el que se destaque especialmente, es una cara que me cae simpática y me alegro que se vaya abriendo hueco en la meca del séptimo arte aunque sea con pequeños papeles como éste (también apareció en Munich de Spielberg con un papel secundario)

Volviendo a la película en sí, otro detalle de los de 'me saca la sonrisilla tonta' es la bso con la participación de Muse (grupo que se está aficionando a esto de meter canciones en las bandas sonoras) con los temas Follow me y The 2nd Law: Isolated System. Es sobre todo este segundo el que destaca especialmente en la trama (el otro es para los créditos finales) y se integra perfectamente en el clima de tensión y desasosiego pretendido para la película. Quizás más de uno hubiera preferido que se explotase más esta vertiente que la acción propiamente dicha, pero no olvidemos que estamos hablando de un blockbuster que pretende captar al mayor target posible, obviando escenas truculentas, sangrientas o desagradables que hubiera dotado a la historia una visión más adulta y visceral.

Así que, sabiendo que todo esto era irrealista pedírselo a este tipo de producciones, podemos decir que el resultado final es satisfactorio y casi mejor de lo esperado tras los primeros comentarios que se habían escuchado sobre ella. No es una película que vaya a reinventar el género zombie, ni lo pretende, pero es sumamente entretenida y sabe dejar ese regusto a espectador satisfecho que tan importante es en estos días en los que ir al cine cuesta riñón y medio.

7/10

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