Por
fin llega uno de los más esperados blockbusters de este verano. A la
espera de películas como Pacific Rim, Elysium o El Llanero Solitario,
Guerra Mundial Z se estrena como apuesta casi segura en el panorama
español, sin que haya muchas películas que le puedan hacer frente.
Pese
a que en Estados Unidos entró en segunda posición en el top el fin de
semana de su estreno (por debajo de Monstruos University), y su
recaudación se vio mermada por El hombre de acero y la película de
Pixar, lo cierto es que no se puede hablar ni mucho menos de fracaso,
pues lleva ya en todo el mundo la cifra de 470 millones, sin estrenarse
aún en los grandes países del continente asiático. Lo mismo debieron
pensar la Paramount y Brad Pitt, pues parece que ya están en proceso de
preparación de la secuela.
Inspirada muy libremente en la novela de título homónimo de Max Brooks (admiradores del libro y satanizadores de adaptaciones no fieles, salgan corriendo ya), la película de Marc Foster narra la odisea de la especie humana cuando se desata un virus desconocido, similar a la rabia, que se propaga muy rápidamente y hace que las personas se ataquen entre sí y se desate el caos. Estos zombies (apodados Zetas), están causando el caos en el mundo, por lo que el secretario de las Naciones Unidas decide llamar a Gerry Lane (Brad Pitt), un ex investigador y compañero suyo, para que identifique la posible cura a esta terrible enfermedad que amenaza con destruir el mundo tal y como se conoce.
La
película empieza como el modo survival puesto, metiéndonos en la piel
de la familia Lane descubriendo, primero, e intentando salvarse,
después, de ese Filadelfia apocalíptico a causa de los zombies. Brad
Pitt es el perfecto padrazo para esta película, todos sabemos de esta
faceta suya fuera de las cámaras, así que quien mejor que él para
representarla dentro de ella mientras se ve las caras con la plaga
zombie. El actor americano de casi ya medio siglo, ha sabido compaginar
su carrera cinematográfica de forma sabia, mezclando éxitos de taquilla
como Troya, la saga Ocean's o Sr. y Sra. Smith con otras de corte más
independiente como El árbol de la vida o El asesinato de Jesse James por
el cobarde Robert Ford. Aún se le resiste el Oscar a pesar de haber
sido nominado tres veces, pero supongo que es cuestión de tiempo para un
actor de su talla que tiene el beneplácito de crítica y público casi
siempre y que envejece divinamente. En él recae básicamente el peso de
la película, que, una vez finaliza el primer acto survival, empieza el
de la investigación del virus, su origen, para luego finalizar el tercer
acto en la búsqueda de su cura. Es esta tercera parte la que fue
reescrita, causando su retraso en el estreno y el aumento final del
coste de la producción, lo que levantó revuelo en su día y desató las
dudas de más de uno. De hecho, el final que finalmente se ve es distinto
al que había planeado en un principio (quizás para los extras del
dvd/blu-ray).
Si
bien es cierto que el primer acto deja mejores sensaciones que los
otros dos, realmente el ritmo trepidante y la tensión es una constante
en toda la película, dejando pocos momentos de respiro al espectador,
que gratamente ve como las dos horas de película pasan bastante rápidas.
La ágil dirección de Foster tiene gran culpa de esto, y si bien hay
ciertas escenas de acción a la moderna con cámaras rápidas que cuesta
asimilar, no es de lo que más se abusa y parece que Foster ha mejorado
desde Quantum of Solace. Si bien se tira más a la acción que al suspense
o el terror, sí hay en ciertas escenas el miramiento de trabajarse el
clima de inquietud que pide una obra con zombies de por medio. Tampoco
es este el aspecto en el que más destaca la cinta, cosa lógica, por otra
parte, si atendemos a que estos zombies se les atribuye mayor agilidad y
rapidez, como ya hiciera Danny Boyle en 28 días después. Pero hay
detalles que pueden parecer insignificantes pero que demuestran que la
historia, pese a lo tópica que pueda parecer en su fachada, tiene más
implicación que la mayoría de los blockbusters hechos con el piloto
automático. Se preocupan de explicar que el virus no parece tener la
misma rapidez según en qué partes del mundo y, cosa que,
incomprensiblemente hasta ahora nadie había pensado, se preocupan de
protegerse los brazos (la zona que suele recibir más mordiscos) aunque
sea envolviéndose revistas con precinto. Detalles que pueden parecer
secundarios, como digo, pero que van sumando a la hora del cómputo
general a favor o en contra.
Si
bien la historia, aunque no le he visto agujeros negros de esos que
claman al cielo ni diálogos absurdos de echarse las manos a la cabeza,
si tiene de esas “sospechosas coincidencias” que suceden justo cuando lo
requiere la acción, pese a que todo iba bien hasta que el protagonista
se implica. Detalles que quizás se podrían trabajar más, pero que no son
demasiado grandes ni notorios para eclipsar las virtudes de una
película de género bien hecha.
Dentro
de los secundarios de la película no hay tantas estrellas como en otras
producciones, aunque en un principio iban a estar Ed Harris y Bryan
Cranston, al final se colaron David Morse y Matthew Fox en pequeños
papeles. Pero la que me ha hecho especial ilusión ver es al alemán
Moritz Bleibtreu, habitual en la filmografía de Fatih Akin. Si bien aquí
no tiene un papel en el que se destaque especialmente, es una cara que
me cae simpática y me alegro que se vaya abriendo hueco en la meca del
séptimo arte aunque sea con pequeños papeles como éste (también apareció
en Munich de Spielberg con un papel secundario)
Volviendo
a la película en sí, otro detalle de los de 'me saca la sonrisilla
tonta' es la bso con la participación de Muse (grupo que se está
aficionando a esto de meter canciones en las bandas sonoras) con los
temas Follow me y The 2nd Law: Isolated System. Es sobre todo este
segundo el que destaca especialmente en la trama (el otro es para los
créditos finales) y se integra perfectamente en el clima de tensión y
desasosiego pretendido para la película. Quizás más de uno hubiera
preferido que se explotase más esta vertiente que la acción propiamente
dicha, pero no olvidemos que estamos hablando de un blockbuster que
pretende captar al mayor target posible, obviando escenas truculentas,
sangrientas o desagradables que hubiera dotado a la historia una visión
más adulta y visceral.
Así
que, sabiendo que todo esto era irrealista pedírselo a este tipo de
producciones, podemos decir que el resultado final es satisfactorio y
casi mejor de lo esperado tras los primeros comentarios que se habían
escuchado sobre ella. No es una película que vaya a reinventar el género
zombie, ni lo pretende, pero es sumamente entretenida y sabe dejar ese
regusto a espectador satisfecho que tan importante es en estos días en
los que ir al cine cuesta riñón y medio.
7/10
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